Familiares y amigos de las víctimas del ataque al bar en Coatzacoalcos, Veracruz, donde 29 personas fueron asesinadas, sepultaron hoy entre música, flores y aplausos a sus conocidos.
Decenas de personas se congregaron desde las 15:00 horas en el Panteón Municipal Antiguo de dicho municipio, medios nacionales informaron que tan sólo en ese lugar serían enterradas esta tarde al menos nueve personas.
El ataque incendiario contra un centro nocturno ha dejado hasta el momento 29 muertos, el último de ellos fallecido este jueves en la mañana, y una decena de heridos algunos de ellos todavía graves. “Llegaron los delincuentes, cerraron las puertas de salida, de emergencia, e incendiaron el lugar”, explicó ayer el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa matutina.
El suceso tuvo lugar casi a la medianoche del martes en el bar “Caballo Blanco”, un local situado cerca de una transitada calle comercial en Coatzacoalcos donde se ofrecía “calidad, seguridad y servicio”, habitaciones privadas a 7.5 dólares “toda la noche” y concursos de baile erótico.
El suceso supone una lanza envenenada más para la población de una región de una gran pujanza económica, cuya bonanza se convirtió en un lastre en los últimos años.
Una región que abarca los municipios petroleros de Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, donde se asientan cuatro petroquímicas, una refinería y uno de los puertos de carga más importantes de México, ocupa los primeros lugares en incidencia delictiva.
Los secuestros, extorsiones, homicidios y cobro de piso (cuota para poder tener un negocio), figuran en los primeros cinco lugares de delitos denunciados y registrados en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.