Más de 180 cardenales participarán en la elección del sucesor del Papa Francisco, conforme a las normas del Vaticano.
El Vaticano.– El próximo miércoles 7 de mayo dará inicio el Cónclave para elegir al 267º Sucesor de San Pedro, tras la conclusión de las Misas de sufragio por el fallecimiento del Papa Francisco. La fecha fue acordada por más de 180 cardenales durante la V Congregación General, celebrada este lunes 28 de abril en el Aula Nueva del Sínodo.
La elección se desarrollará en la Capilla Sixtina, que permanecerá cerrada al público mientras dure el proceso. Ese mismo día, los cardenales concelebrarán la solemne Misa Pro eligendo Pontifice, presidida por el Decano del Colegio Cardenalicio, y posteriormente se trasladarán en procesión hacia la Capilla para iniciar formalmente el Cónclave.
Durante la Congregación también se abordaron los principales desafíos que enfrenta actualmente la Iglesia Católica y se reflexionó sobre las cualidades que deberá tener el próximo Pontífice. Asimismo, se eligió a los cardenales Reinhard Marx, Luis Antonio Tagle y Dominique Mamberti como asistentes del Cardenal Camarlengo.
Siguiendo lo establecido en la constitución apostólica Universi Dominici Gregis, el Cónclave debe comenzar entre el 15º y el 20º día posterior al fallecimiento del Papa. En este caso, todos los cardenales electores ya se encuentran en Roma, hospedados en la Casa Santa Marta.
La jornada comenzará con el canto del Veni Creator Spiritus y el juramento de los cardenales. A partir de ahí, podrán realizarse hasta cuatro votaciones por día (dos por la mañana y dos por la tarde), requiriéndose una mayoría de dos tercios para la elección. Si después de 33 o 34 votaciones no hay resultado, se procederá a una votación entre los dos candidatos con más sufragios, manteniéndose el requisito de mayoría calificada.
Las papeletas serán quemadas en un horno especial dentro de la Capilla Sixtina, generando el tradicional humo negro o blanco que anunciará al mundo si ya hay nuevo Papa.
Una vez alcanzado el consenso, el cardenal elegido deberá aceptar el cargo y elegir su nombre pontificio. Tras ello, se dirigirá a la “Sala de las Lágrimas” para revestirse con los ornamentos papales y, acompañado del Te Deum, saldrá al balcón central de la Basílica de San Pedro para pronunciar el tradicional Habemus Papam. Finalmente, impartirá su primera bendición Urbi et Orbi, marcando el inicio de su pontificado al frente de más de 1,400 millones de católicos en el mundo.